Alguien me persigue, puedo notarlo.
Empiezo a aligerar el paso, sin saber muy bien por qué, ya que si me siguen no me perderán de vista por ir un poco más rápido. Es más, con ello estoy diciendo que me he dado cuenta. En cualquier caso, estoy perdido.
Me paro a pensar. ¿Qué hago? Se me ocurren dos únicas posiblidades: enfrentarme a mi perseguidor o echar a correr. Contando con que jamás me he peleado, la decisión debería estar más que clara, pero me lo pienso un momento. Finalmente, decido hacer lo que a priori es lo más lógico y echo a correr, aunque no sé muy bien hacia dónde.
De repente aparece ella.
-¿Qué haces corriendo? - me dice.
-¡Alguien me persigue! ¡Corre o te harán daño a ti también!
Empiezo a correr de nuevo, pero se queda quieta.
-¡Venga, Marta, joder!
-Luis, tienes que superarlo de una vez. Nadie te persigue, sólo pasó una vez y hace mucho tiempo. No volverá a pasar, tienes que aprender a relajarte.
Se me acerca y nos fundimos en un abrazo y un apasionado beso. Acerca sus perfectos labios a mi oído y me susurra:
-¿Sabes una cosa? Sí te perseguían. Era yo.
Oigo un ruido y noto como una bala atraviesa mi abdomen y sale por mi espalda. No recuerdo nada más.
Empiezo a aligerar el paso, sin saber muy bien por qué, ya que si me siguen no me perderán de vista por ir un poco más rápido. Es más, con ello estoy diciendo que me he dado cuenta. En cualquier caso, estoy perdido.
Me paro a pensar. ¿Qué hago? Se me ocurren dos únicas posiblidades: enfrentarme a mi perseguidor o echar a correr. Contando con que jamás me he peleado, la decisión debería estar más que clara, pero me lo pienso un momento. Finalmente, decido hacer lo que a priori es lo más lógico y echo a correr, aunque no sé muy bien hacia dónde.
De repente aparece ella.
-¿Qué haces corriendo? - me dice.
-¡Alguien me persigue! ¡Corre o te harán daño a ti también!
Empiezo a correr de nuevo, pero se queda quieta.
-¡Venga, Marta, joder!
-Luis, tienes que superarlo de una vez. Nadie te persigue, sólo pasó una vez y hace mucho tiempo. No volverá a pasar, tienes que aprender a relajarte.
Se me acerca y nos fundimos en un abrazo y un apasionado beso. Acerca sus perfectos labios a mi oído y me susurra:
-¿Sabes una cosa? Sí te perseguían. Era yo.
Oigo un ruido y noto como una bala atraviesa mi abdomen y sale por mi espalda. No recuerdo nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario