jueves, 25 de diciembre de 2014

Sexto relato. NAVIDADES (IN)FELICES

Era Navidad. Todo estaba nevado, las calles llenas de colores y alegría gracias a los adornos que el Ayuntamiento ponía por toda la ciudad, y las familias, felices, estaban reunidas, intercambiando regalos, risas y alegría...
¿A quién quiero engañar? Donde el vivía, la nieve era algo que únicamente habían visto quienes habían salido de aquel barrio de mala muerte, apenas la calle principal estaba ligeramente iluminada, y había pocas familias enteras que se reunieran por Navidad, y menos que pudieran comprar regalos, pues era un barrio de gente humilde, además de ser bastante peligroso.
Aún así, Óscar seguía creyendo en la magia de la Navidad. A sus 23 años, con una carrera que pudo hacer gracias a una beca de estudio y sin poder encontrar trabajo, seguía sonriendo por la calle por el simple hecho de ser Navidad y deseando felices fiestas a todo aquel que se encontraba. Un día de Nochebuena, por la tarde, mientras paseaba feliz, vio por accidente algo que no debía: los reyes del barrio estaban moliendo a palos a un joven, probablemente por algún asunto de drogas. Desgraciadamente, ellos le vieron y, sin ni siquiera preguntar, le acorralaron en una pared y le dieron tres puñaladas que le mataron al instante. La policía resolvió el caso, pero los asesinos salieron de rositas gracias a sus abogados, pagados con dinero sucio de drogas y prostitución, entre otros.
La muerte de Óscar fue muy sentida en el barrio, debido a que era muy popular por su entusiasmo cuando llegaban las vacaciones navideñas. Fue una ironía que el único adulto con ilusión por las fiestas en todo el barrio muriera en Nochebuena, y Navidad jamás volvió a ser lo mismo en el lugar, en el que siempre será más fuerte el duelo por esa muerte prematura que el espíritu navideño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario