martes, 14 de abril de 2015

Décimo octavo. ESTELAS DE LUZ Y SOMBRA

Desastres NaturalesAún se oye el eco de aquel graznido que anunció la fría llegada de un invierno cruel. Ahora ya en los lindes de la primavera aún recordamos esos fuertes vientos que arrancaron los cimientos de nuestras casas, nuestras mentes aun visualizan escombros y desechos humanos de un pueblo antaño fuerte.
El zumbido sigue resonando en mis oídos y los gritos prevalecen horrorizando mi recuerdo. Sigo existiendo, soy esencia marchita.
No recuerdo el día en que perdí mi cuerpo y mi ser, pero sí de la hondanada de viento que arrasó nuestro hogar, este plural habla de todas aquellas víctimas que caímos, de familias finitas y de la agonía vivida en aquellas horas rotas.
No te olvides jamás del llanto que hubo en esta tierra. Ahora incluso después de tantos años aún somos el rocío que cae en tu tejado, la tierra que pisas, el viento que acaricia tus mejillas y también aquellas últimas gotas que caen en días de lluvia.
Vivimos días de luz y felicidad, pero recuerda que detrás de la luz también se oculta la sombra.

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En una casa cualquiera se levanta un niño a medianoche, sudando y reflexionando sobre si ha tenido un sueño o una pesadilla. Cuando decide volverse a dormir, allá a lo lejos, detrás de la ventana, un cuervo se posa en un campanario y antes de lograr conciliar el sueño el niño alcanza a oír un graznido...

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